«La violencia contra las mujeres y las niñas presenta muy diversas formas y afecta a muchas personas en todo el mundo. [...] En este Día Internacional, insto a los gobiernos y asociados en todo el mundo a que aprovechen la energía, las ideas y el dinamismo de los jóvenes para ayudarnos a poner fin a esta pandemia de violencia. Solo entonces viviremos en un mundo más justo, pacífico y equitativo».
Mensaje del Secretario General en el Día Internacional de la
Eliminación de la Violencia contra la Mujer, Nueva York, 25 de noviembre de 2011
UN CUENTO QUE NO ES CUENTO
ME
MATÓ PORQUE NO ERA SUYA
Este
cuento, es la “crónica de una muerte anunciada”, como muchas,
nada original pues ocurre a diario aquí y allí. Mujeres que viven
bajo el yugo y el maltrato, víctimas de algún psicópata que
termina con sus vidas asesinándolas tras un largo y lento
sufrimiento colmado de vejaciones, agresiones y amenazas.
No
lo entiendo, no puedo, no me cabe en la cabeza que un ser humano
pueda hacer tanto daño a quien dice amar. Tampoco entiendo cómo se
puede aguantar tanto desamor, tanta barbarie e injusticia hasta
llegar a perder la vida… pero sigue pasando y seguiré
preguntándome por qué.
Espero
que la solución esté en la educación, en el cambio de una sociedad
patriarcal a una sociedad donde hombres y mujeres gocen de igualdad
de derechos, lo sólo legalmente, que llegue a ser real en la
intimidad de los hogares que es donde se producen las mayores
tragedias.
Las
mujeres no podemos confundir nuestra “sensibilidad femenina” en
“debilidad femenina”, hay que declararle la guerra al miedo, hay
que sentirse fuerte, capaz y poderosa. Hay que decir NO a lo que no
nos gusta y nunca sentirnos inferiores por ser mujeres, ni desvalidas
por mucho que te lo digan. Hay que pedir ayuda si es necesario porque
está en juego nuestra dignidad y nuestra integridad, cuando no, la
propia vida.
Las
mujeres no debemos contribuir a que los maltratadores progresen, hay
que atajarlos a la primera, no hay comprensión, no se puede
tolerar. Si alguien te resta libertad, si pretende anular tu
identidad hay que rebelarse, porque esa persona no nos “ama” más
que como a otra de sus pertenecías. El amor es todo lo contrario.
“Estoy
en la cama acurrucada y con frío, esa clase de frío que viene de
dentro y que te hiela el alma. Me voy, lo dejo. Ahí se queda. Ya no
aguanto ni una más. Nunca debí consentir el primer grito, el primer
manotazo. No tendría que haberlo excusado yo misma. ¿Por qué lo
permití?
Antes
yo era guapa, joven, con familia, amigos y un buen trabajo. Lo dejé
todo por él, por mi príncipe. Tú eres mi princesa y siempre te
amaré, me decía. Y, casi sin que me diera cuenta, me transformé
en una bruja fea y vieja, retirada de la familia, de los amigos y
sin ningún trabajo más que el de lavar calzoncillos, planchar
camisas y tener la comida a punto. No sé cómo pasó… pero pasó.
Entonces dejé de quererme, me puse una venda en el corazón y seguí
engordando mientras criaba a mis hijos. Mientras tanto, él pagaba
conmigo su rabia, su frustración… ¿con quién mejor?
Esto
se ha acabado, por eso ya le he dicho que me voy .No me vale que se
arrepienta, no quiero sus regalos. No quiero nada, sólo estar
tranquila. No le pertenezco, quiero ser yo y volver a respirar. Me ha
dicho barbaridades pero no las he escuchado, me da igual lo que diga.
Lo malo es que ha cogido un cuchillo y me lo ha clavado.
Tengo
mucho, muchísimo frío pero en cuanto entre en calor me levantaré
y me iré muy lejos. Ya no soy suya. Ahora descansaré en paz.”.
Milagros
Montes Machuca
Dedicado
a las mujeres víctimas de la violencia de género
25
de noviembre ...
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